¿Será el uso de contraseñas obsoleto en el futuro?.
Hace poco comentaba sobre la fortaleza de las contraseñas de la mayoría de los usuarios y as malas costumbres al respecto. Según un dicho popular, las contraseñas son como la ropa interior: se cambian a menudo, son algo privado, y no se puede compartir con nadie más. Debido a la gran cantidad de herramientas y servicios que necesitamos usar todos los días, el número de contraseñas que necesitamos recordar es enorme. Además, si tenemos en cuenta que los requisitos de seguridad obligan a que tengamos que poner claves cada vez más complicadas cada año que pasa, el problema se vuelve aun mayor.
Actualmente si quieres una contraseña realmente segura, tienes que incluir letras, tanto en mayúsculas como en minúsculas, números, caracteres especiales, y ninguna palabra común que permita ponérselo fácil a los hackers. Francamente, ¿hasta cuándo vamos a seguir todas estas reglas? Por suerte hay aplicaciones que nos ayudan a elegir una clave segura, pero ¿qué sucede cuando hay que cambiar todas después de un ataque online como el de Heartbleed? Apuesto a que la mayoría de vosotros opta por una solución más fácil, crear cientos de nuevas contraseñas y confirmarlas por correo electrónico.
La alternativa a las contraseñas se basa principalmente en la tecnología biométrica, relacionada con el reconocimiento de una característica física e intransferible de una persona: el escaneo de huellas digitales, reconocimiento facial o escaneo del iris ocular. Concretamente la implantación de este tipo de tecnología nos permitirá despedirnos de una vez de las contraseñas tradicionales, aunque esto es sólo el principio.
PayPal es una de las pioneras en desarrollar activamente nuevas tecnologías biométricas. En una entrevista para el Wall Street Journal,Jonathan LeBlanc, el encargado de velar por la seguridad de la compañía, afirmó que la identificación de las partes externas del cuerpo, como las huellas digitales o el escaneo del iris, será en breve una tecnología obsoleta. LeBlanc habló de los tatuajes wearables, una de las ideas más recientes de PayPal, y que consistirá en sistemas insertados en los propios individuos para que se produzca una “identificación natural del cuerpo”. Para que os hagáis una idea, y aunque ahora parezca algo de ciencia ficción, los niveles de glucosa o la presión sanguínea funcionarían como elementos que determinarían la identidad de un usuario en el momento de iniciar sesión en algún servicio. Los ácidos del estómago serían, incluso, los encargados de recargar estos sistemas.
Según revela un análisis realizado por el grupo de seguridad internacional de software de Kaspersky Lab, el error más común que cometen hasta los usuarios más avanzados, es el de reutilizar contraseñas para una multitud de procesos. En estudios sobre las violaciones de seguridad, Kaspersky Lab encontró que el 59% de las personas no logra almacenar sus contraseñas de forma segura y hasta un 39% usa la misma combinación para todas sus cuentas. Si las contraseñas fueran reemplazadas por la identificación natural del cuerpo, estos problemas serían cosa del pasado. Es difícil imaginar siquiera cómo un hacker podría imitar el ritmo de los latidos del corazón o los patrones de voz de un usuario.
Las características biométricas del cuerpo humano son únicas. Incluso los gemelos idénticos tienen diferentes características biométricas, como las huellas dactilares. Por ello, la nueva técnica de identificación eliminará los problemas que ocurran cuando las personas se peguen notas con sus contraseñas en los monitores de sus ordenadores, anoten sus códigos PIN en cualquier lugar, o cuando sus amigos simplemente sepan la respuesta a la pregunta secreta. Eso sí, sobre cuándo empezaremos a verlo implementado es todavía una incógnita.