miércoles, 27 de noviembre de 2013

¿Conoces que es la tecnología piraña?.

¿Conoces que es la tecnología piraña?.



Son indiscutibles los cambios que han ido ocurriendo a lo largo de los últimos años en lo que a tecnología se refiere. Sólo hay que remontarse a hace 20 ó 25 años cuando los ordenadores que se manejaban no tenían ni siquiera procesador o memoria: eran los llamados “terminales tontos”, que constaban únicamente de una interfaz de uso con pantalla y teclado para acceder a un ordenador central con capacidad de proceso y memoria.

Comparar un PC IBM del año 81 con los nuevos MacBook Pro con procesadores Intel Haswell resulta hasta de mal gusto. Y es que, mientras que el primero equipaba un procesador Intel 8088 capaz de correr a 4.77MHz, un MacBook Pro 15″ ya contiene en su interior un cerebro Intel i7 Quad-Core a 2GHz con arquitectura Haswell, casi nada. Mucho más notable aún, es comprar este IBM de principios de los 80 con el iPhone 5S actual, que equipa el nuevo procesador A7. Este chip-set de 64-bit, según apunta Apple, hace que el móvil sea 30% más rápido que su predecesor, el iPhone 5. Imaginad entonces la diferencia en velocidad con el PC de IBM, y hablamos de un PC y un smarphone, completamente diferentes.

Es algo lógico, con el paso del tiempo los usuarios han ido modificando sus costumbres, y la tecnología ha tenido que ir cediendo a estos caprichos. Los usuarios han ido pasando de escenarios tecnológicos en los que utilizaban un solo ordenador, a otros en los que han pasado a utilizar varios terminales de diversos tipos. Los casos en los que una persona utiliza un ordenador en su casa, otro en su despacho, un ordenador portátil cuando viaja y un teléfono móvil o tablet con capacidad de conexión, es ya más norma que excepción.
Del notebook a la tablet

Aunque el primer notebook data del año 1981, conocido como Osborne, no fue hasta el año 2007 cuando surge el llamado boom notebook de la mano de la taiwanesa Asus. ¿Recordáis su gama Eee PC? Fue mostrada por primera vez en Taipéi el 5 de junio de 2007 en la feria Computex. Todo el mundo quería uno. Y es que, sus características unidas a su tamaño compacto y a su precio lo hacían realmente atractivo a los ojos de cualquier usuario.

Según Asus, las tres “Es” significaban “Easy to learn, work, play; Excellent Internet experience and Exciting multimedia enjoyment” (fácil para aprender, trabajar, jugar, excelente experiencia en Internet y emocionante disfrute multimedia). Lo era, ¿o no?

El primer notebook Asus, el Eee PC 701, pesaba aproximadamente 890 gramos y tenía una pantalla de 7 pulgadas. Además, venía con un procesador Intel, chipset y controlador gráfico integrados. Lo cierto, es que muy pronto fue sustituido por uno de mayor tamaño y mejores prestaciones, que obtuvo mucho más éxito. Lo que había iniciado Asus se había expandido a otros grandes fabricantes como Samsung o HP, quienes también tenían los suyos en sus catálogos.

La fiebre no duró mucho. Aunque intentaron vendernos los ultrabooks como los verdaderos sustitutos de los notebooks, el precio no dejó que ocurriera y empezaron a aparecer las tablets, que han supuesto toda una revolución. No sólo permiten que las transportemos de manera aún más cómoda que un notebook, son igual de baratas, cuentan con mejores prestaciones y pueden llevar acopladas un teclado.

El mercado de los tablets recibió su verdadero impulso con el lanzamiento del iPad en 2010. Su principal aporte, quizá, fue la interfaz diseñada especialmente para usar con los dedos, y que definió al tablet como una entidad separada de los demás ordenadores de escritorio o portátiles.

La competencia a partir de aquí se desarrolló a partir de Android, el Symbian Killer, un sistema originalmente diseñado para smartphones que fue la opción lógica de los fabricantes. Motorola, Samsung, Toshiba, Asus o Amazon lanzaron sus modelos con Android, bastante económicos, mientras otros como BlackBerry crearon su propio software, y HP optó por comprar WebOS, sin lograr éxito con la adquisición.

Por su parte, Microsoft entró por fin hace dos años en el sector con Surface RT, que equipaba una versión reducida de su nuevo sistema operativo Windows 8, aunque también se lanzó la versión Pro.

De Messenger a Facebook, del SMS a WhastApp
Si ha habido un cambio realmente interesante en los últimos tiempos que no podíamos dejar de mencionar, es el fin de Messenger y el auge de Facebook. Un verdadero caso de tecnología piraña. Vimos como se le fue apagando la llama a uno de los sistemas de comunicación más populares de los últimos tiempos, que no pudo vencer al poder de las redes sociales. Microsoft perdió la partida.

Poco a poco los usuarios de Messenger se fueron encontrando en el chat de Facebook, por lo que Microsoft no tuvo más remedio que dar uno de los pasos más importantes en sus últimos tiempos: Comprar Skype por 5.920 millones de euros. Ocurrió en el mes de mayo de 2011 con el objetivo de poder recuperar antiguos usuarios y quedarse con los adeptos al sistema de comunicación VoIP.

Otra de las grandes revoluciones de los últimos años, ha sido WhatsApp, que ha llegado, incluso, a desbancar al tradicional SMS y ahora trae de cabeza a Facebook. De hecho, hace unos días Facebook ha actualizado su aplicación de chat, Facebook Messenger, para atacar directamente a WhatsApp. Ahora la app permitirá hablar también con los contactos que tengamos en el teléfono, sin necesidad de que estén en la red social.

Fundada en el corazón de Mountain View por Jan Kum y Brian Acton en 2009, podemos decir, que WhatsApp, a día de hoy, sigue siendo invencible. Ni opciones gratuitas como Line han podido con ella. En la actualidad cuenta con 350 millones de usuarios activos al mes, recibe cada día, 250.000 nuevos usuarios y procesa más de 31.000 millones de mensajes al día.
Del Bluetooth al NFC

Con el avance de la tecnología, los nuevos estándares rápidamente sustituyen a los anteriores, en una constante evolución que siempre busca alcanzar la satisfacción de los usuarios y el logro de tareas de la manera más rápida y simple que se pueda. Es cierto, que estas tecnologías tienen propósitos diferentes y se desempeñan mejor en cada uno de sus campos. Como dato, podemos añadir que el reciente Bluetooth V4.0 cuenta con la característica Bluetooth Low Energy (BLE), lo cual reduce el tiempo de establecimiento de conexión y trata de alcanzar las ventajas de NFC.

A pesar de ello, NFC cuenta con un menor rango de alcance y, es por ello, por lo que se está empezando a implementar para operaciones de pagos con tarjetas, como aquellas usadas en los terminales de autobuses y trenes. Simplemente es necesario colocar la tarjeta NFC frente al dispositivo y la transferencia de datos se efectuará casi al instante. Otro uso es para los recientes equipos de manos libres, los cuales sólo con colocar frente al smartphone son rápidamente reconocidos. Estamos ante una guerra inalámbrica y de un caso de tecnología piraña, aunque de momento aún no ha quedado muy claro quién se acaba comiendo a quién.
Del PC a la nube

Por último, qué decir del fenómeno cloud computing que ya no sepamos. La nube se ha tragado literalmente la idea que hasta el momento teníamos del concepto de almacenamiento. Podemos tener todos nuestros archivos guardados en un lugar virtual y verlos o recuperarlos en cualquier dispositivo de cualquier lugar del mundo. Para las empresas esto ha supuesto todo un suspiro.

En España, y según el estudio “El estado actual y futuro del software en España” realizado por BuscoSW, se espera que para 2013 el 30% de las empresas dispongan, como mínimo, del 25% de su software en la nube. De hecho, en la actualidad, el 56% ya cuenta con algún software en entornos cloud.

A pesar de las enormes ventajas que ofrece el cloud computing, también plantea importantes retos. Destacar, entre ellos, la seguridad. Existe una diferencia importante entre las aplicaciones y contenidos on-premise y off-premise con respecto a la arquitectura del entorno y los firewall. Sin embargo, cada vez es más evidente que los proveedores de cloud computing son capaces de ofrecer el mismo nivel de seguridad, o incluso mayor, que los de infraestructuras tecnológicas tradicionales.

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