Las copias Chinas inundan el mundo.
Ya anteriormente había comentado sobre las copias Chinas, para nadie es un secreto que no bien han terminado de lanzar un producto al mercado cuando ya se encuentran copias Chinas mucho mas baratas. En Venezuela dada la relación comercial que ha impulsado el gobierno con China, nos hemos visto inundados de cualquier clase de baratija de mala calidad, por otro lado muchas personas se han visto estafadas ya que al acceder a una pagina de mayoristas online Chinas y hacer algún pedido, se han topado con que les envían un producto totalmente diferente en algunos casos, productos dañados en otros y en el peor de los casos, la pagina así como sus creadores desaparece.
Poco después de sacar a la venta su invento, un mini altavoz para escuchar música, Ryan Lee disfrutaba del éxito del X-mini, pero la fiesta duró poco.
Seis meses después de iniciar la producción, empezó a recibir llamadas de sus distribuidores en Europa pidiendo un descuento. Les habían ofrecido lo que parecía casi el mismo altavoz pero mucho más barato que en Xmi, la empresa de Lee.
En ese momento se dio cuenta de que su invento había sido plagiado, y que tenía que tener mucho más cuidado a la hora de fabricar en China.
A pesar de todo, el X-mini demostró ser muy popular y el año pasado la compañía obtuvo US$26 millones en beneficios.
A pesar de los problemas, Xmi sigue fabricando sus altavoces en China.
Copias baratas
Cuando Lee empezó a vender el altavoz X-mini en 2006, su sueño era crear un producto que ofreciera música transportable en un bolsillo.
La idea le vino al escuchar el sonido de mala calidad procedente de los muchos aparatos portátiles que existían entonces en el mercado, como laptops y consolas.
Una vez en el mercado, el altavoz desaparecía de las tiendas, aunque pronto aparecieron las copias baratas hechas en China, lugar donde se fabrica el X-mini.
La cubierta de plástico de los altavoces falsos lucía igual que la de la X-mini, pero sin la misma calidad de sonido. Lee también se dio cuenta de que eran copias porque no tenían los números de serie de la compañía y el empaquetado era distinto.
Éste es precisamente el riesgo que muchos emprendedores corren al decidir fabricar sus productos en China: las copias ilegales.
Ryan Lee descubrió que le estaban plagiando seis meses después de empezar a producir su altavoz.
El mejor país para fabricar
Pero el atractivo de China es grande, especialmente para aquellos que quieren fabricar productos de alta tecnología.
“China es el país más competitivo para hardware”, explica Lee.
El país cuenta con vastos recursos, gran cantidad de trabajadores talentosos y una economía de escala que la convierte en el centro de la manufactura mundial.
Lee dice que consideró la idea de fabricar en Indonesia o Vietnam, pero que China sobresalía.
“No todo puede hacerse en estos países, y además no son tan buenos ensamblando. Vas a pagar más por un producto inferior”.
Pero a pesar de las ventajas de China, a muchos les preocupa el problema del plagio.
Las copias ilegales, conocidas como Shanzhai, se dan tanto en productos y marcas de lujo como en aparatos electrónicos.
Según la Comisión Internacional de Comercio en Estados Unidos, en 2009 las compañías estadounidenses reportaron pérdidas de US$48.200 millones en ventas, derechos o licencias debido a las copias ilegales chinas.
Whye Mun Chan dice que las empresas pueden tomar algunas precauciones para evitar el plagio.
Prevención
Whye Mun Chan ha tenido que lidiar con muchas firmas preocupadas por las copias ilegales en China y la región. Whye es vicepresidente de Sunningdale Tech, una empresa con sede en Singapur que tiene instalaciones en ese país, además de en China y Malasia.
Chan dice que desde el punto de vista del fabricante, se da la tentación de producir más producto y vender el exceso en el mercado negro, una práctica que muchos se han encontrado en China.
“El mercado negro siempre quiere pagar más que la compañía, porque no tienen costos de marketing ni de distribución”.
Pero Chan asegura que en su empresa se toman medidas, como incluir cámaras, para asegurarse de que ninguna información se filtra más allá del recinto.
Por otra parte, Chan explica que hay otras medidas que las firmas pueden tomar para protegerse.
Uno de los clientes de Sunningdale, Hewlett-Packard, sólo les suministra una cierta cantidad de cabezales para los cartuchos de tinta que hacen para la compañía. Sin tener muchos cabezales, no hay forma de que Sunningdale pueda fabricar de más, cuenta Chan.
Otra medida que emplean las compañías es dividir los componentes entre distintos proveedores y fabricantes, para asegurarse de que ninguna empresa tiene todas las partes para completar un producto.
Pero estas medidas no quitan que exista una constante preocupación por parte de los fabricantes, sobre todo en un negocio como la tecnología, donde el tiempo de vida de las novedades es limitado.
En un mercado donde las nuevas versiones de un producto aparecen en meses, la gente no inicia una batalla legal para proteger un producto que muy pronto será viejo.
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