Las cosas que no debes nombrar so pena de delatar tu edad.
En mi país, cuando se tiene una conversación y sin querer nombras algo que para muchos o ni lo llegaron a ver o es historia, utilizan la frase “se te cayó la cedula”, con esto lo que se quiere decir es que eres una persona ya mayor. Aunque no está mal conocer algunas cosas por simple cultura general, hay cosas que se deben dejar en el fondo de nuestra mente si se ha salido con una persona mucho menor y quieres parecer cool, si ya tienes cierta edad, haces ejercicio, te mantienes en forma y no muestras la edad, puede que todo vaya bien hasta que se te salga sin querer nombrar algo que usaste o viste mucho antes que naciera la persona con la que andas.
Él está rondando los 40 y ella apenas se ha acercado a los 30, pero comparten tantas cosas… Los dos son cinéfilos, trabajan con vídeo, han visto todas las películas de Tarkovski y de Fassbinder, incluso las que sólo se encuentran en alemán, aunque no hablan alemán. Y a su lado un artista de la cuerda les trae lo mejor de Sibelius con su violín. Y él, lanzado, le cuenta que cuando empezó a trabajar con vídeos, la edición no lineal se acaba de inventar. Era la novedad.
¡¡Error!! La magia se rompe, como las cuerdas del violín. Ella le acompaña a casa, pero para asegurarse de que no le asaltan por la calle. Para que no resbale con las engañosas tapas de alcantarilla. Para que se duerma bien arropadito. Y él, bien arropadito, y solo, contando ovejas y preguntándose qué ha hecho mal. La edición no lineal fue lo primero, pero luego vino todo lo demás. Y en lugar de contar ovejas, cuenta las diez cosas que no debió mencionar:
VHS y Beta. Hablar de la guerra abierta entre los formatos de cinta magnética VHS y Beta es como remontarse a la guerra fría de la tecnología. Que hayas usado Beta o peor, que lo hayas tenido, te hace más abuelo que tu pelo canoso, y si encima cuentas que VHS ganó gracias al porno y no precisamente por ser mejor formato, caes directamente en la categoría de viejo verde.
Casete. La casete es una funda de smartphone. Es como un tema de escritorio. Un widget. Cualquier cosa que no tenga historia. De verdad. Déjalo ahí.
Laserdisc. Esta es una de las tecnologías más peligrosas. Incluye láser en el nombre y crees que nada puede ser más moderno que eso. Más futurista. Suena a Star Wars, es verdad. Pero más de cuando el héroe era Han Solo que de ahora. Y si lo has mencionado y no puedes dar marcha atrás, que no se te ocurra reconocer que fuiste uno de los papanatas que invirtió en un formato que no duró ni dos años.
Amstrad. ¿Estás loco? ¿No has visto Big Bang Theory? Olvídalo: ella sí. Sabe que Internet no es una caja, pero también sabe que formas parte de una caterva de frikis inadaptados. Si tienes tu Amstrad, perfectamente cuidado y funcional, en el salón, entre la estatua escala 10:1 de Conan y el peluche de Yoda, llévatelo inmediatamente al desván y cúbrelo de telarañas.
Máquina de escribir. Sabe lo que es, como también sabe lo que es la imprenta de Guttemberg, pero no quedarás muy bien si le dices que tú también la usabas. Perfecto que conserves tu Olivetti Lettera 25, pero antes de invitar a la chica a casa, acuérdate de quitarla de tu escritorio.
Walkman. El discman, todavía, pero el walkman… Si lo mencionas, tendrás que explicar lo que era una casete. Recuerda: de ahí al cine mudo sólo hay un paso y ella está muy lejos de darlo.
Commodore Amiga. Si dices que en tu infancia tuviste un Amiga, te dirá que ella tenía un montón. Terreno claramente pantanoso. Como mínimo, creerá que fuiste un niño rarito. Seguramente sea verdad pero, ¿seguro que quieres entrar en ese tema?
Busca. Sí, eras un tío importante, lo suficiente al menos para estar disponible a cualquier hora a través de ese molesto aparatito. Pero duraron poco, la importancia y el aparatito, y si te pones en plan llorón acabarás acodado en la barra con un bourbon delante y los ojos humedecidos. Quizá creas que es el momento de decir aquello de “Siempre nos quedará París”, pero tú ni has estado en París ni tienes un rastro de metralla en el labio y ella… Ella irá a París con otro, seguro.
Teléfono con dial. Era divertido lo del dial, eso es cierto. Es lo que te hace bajar la guardia y sacar el tema. Pero ella no sabe cómo se usaba, así que te verás en el trance de explicarlo, como casi todo lo que menciono en este post, y a estas alturas parecerás un profesor de historia. Que saque el móvil y le enseñes un vídeo explicativo no te hará quedar mejor. Está en Youtube, sí, pero es en blanco y negro. Y es de los años 50.
Disquete. Puede que los disquetes de 3,5 le suenen vagamente pero… ¿Obleas de 5 1/4? ¿Hace falta que digas que saltaste de las cintas de tinta de tu Olivetti a los disquetes de 5 1/4? Eso no es buen rollo ochentero, ni siquiera llega a la categoría de retro. Eso es historia antigua. Déjalo por esta noche. Vuelve a casa. Y acuérdate de establecer claramente tus prioridades antes de tener tu próxima primera cita.
Tocadiscos: Cuando ni hablar de los casetes y mucho menos de los CD, recuerdo que el sonido de los tocadiscos era lo máximo, recuerdo con nostalgia esos muebles que habían en las salas de las casas, que al abrirlos, encontrabas un tocadiscos, una radio AM y traía incorporada cornetas y espacio para almacenar los discos de acetato, recuerdo que llegue a escuchar los discos de Frank Sinatra, Dean Martin, Sammy Davis Jr y Herb Alpert y su trompeta. Claro está que eran los discos de mi padre, pero igual me gustaba esa música, esas si eran bandas musicales.
Existen muchas otras cosas pero mejor lo paramos acá no vayan a pensar que la primera guerra que vi fue la de independencia. Que tiempos aquellos...
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