Puede sonar a locura total, pero la carrera hacia el 5G ya ha comenzado, al menos en los laboratorios de las grandes empresas interesadas en desarrollar las redes móviles del futuro. Unas redes que no estarán disponibles hasta 2020, pero que llevan ya un año dando que hablar.
El último hito lo ha marcado Ericsson, que ha conseguido alcanzar velocidades de 5 Gbps reales de bajada en una prueba pre-estándar en Suecia. Esto significa aumentar 70 veces la velocidad que alcanzan en España las actuales redes 4G (75 Mbps aproximadamente), unas conexiones que el año que viene doblarán su capacidad, tal y como ya te contamos.
Llegar a este nuevo récord de transmisión inalámbrica supone poder descargarse un megarchivo de 50 GB en unos 80 segundos. Esto es solamente un ejemplo gráfico, ya que con ese archivo casi petaríamos la memoria de un terminal actual.
La compañía sueca afirma que el objetivo es que ésta no se quede en una simple prueba comercial, sino que espera que algún día llegue a la vida real.
Esto es un hito considerando que las anteriores pruebas, llevadas a cabo por fabricantes asiáticos, habían conseguido llegar a 1 Gbps, pero también se queda a la mitad del camino ya se espera que la velocidad móvil pueda llegar hasta los 10 Gbps dentro de poco más de un lustro (5 años). Cien veces más que el dispositivo móvil más rápido actual, ahí es nada
Pero no es oro todo lo que brilla
También cabe aclarar que la denominación 5G puede resultar un poco engañosa, ya que cada empresa va por su lado y realiza sus pruebas con distintos estándares (y ninguno definido).
Por ejemplo, Samsung, uno de los gigantes en la carrera, utilizó un tipo de tecnología cuyo alcance llega solamente a 2 kilómetros desde la central. Una nimiedad considerando que en 2015 las antenas de 4G españolas tendrán un alcance de unos 50 km y una mejor penetración en interiores que actualmente.
Otros de los comprometidos desde hace años con el futuro 5G es el fabricante chino Huawei, que va a invertir más de 500 millones de euros en los próximos años.
Tampoco hay que olvidarse del apoyo gubernamental chino, pero también el de la Unión Europea. Por tanto, el hito marcado por Ericsson podría enmarcarse en una carrera de fondo por llegar a la fórmula perfecta, que incluya un buen funcionamiento dentro de edificios y con un buen radio de alcance, una mezcla de tecnologías que aún queda tiempo para conseguirse.
Un mundo cada vez más automatizado
Aventurar en qué nivel tecnológico estaremos en 2020 es bastante complejo, pero el 5G llegará a un mundo en el que el ‘Internet de las cosas’ estará más implantado en nuestras vidas.
Las nuevas redes serán útiles en automóviles (sean automáticos como el prototipo de Google o no), en electrodomésticos inteligentes y en otras “cosas” conectadas a la Red. La demanda de datos móviles seguirá creciendo inexorablemente, y no solo por los dispositivos actuales o la tecnología de vestir.
Aumentará también el consumo en aplicaciones ‘machine to machine’, es decir, para la comunicación entre dos máquinas mediante conexión de datos remota (inalámbrica en este caso, pero puede ser por cable).
En este último punto entrarían en juego las futuras ‘smart cities’, donde se automatizarán muchas de las labores cotidianas de mantenimiento (recogida de residuos, gestión del tráfico, agua, alumbrado...) y la velocidad 5G para comunicar distintas máquinas podría ser muy útil.
El 5G también tendría cabida en las operaciones médicas a distancia, ya que la velocidad supersónica que alcanzará no permitirá ni un mínimo retardo en una videoconferencia.
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