Del mismo modo que en los 90 las impresoras y los programas de autoedición revolucionaron la edición electrónica, la empresa barcelonesa EntresD está convencida de que en un futuro muy próximo muchos tendremos en nuestro hogar una impresora 3D o una pequeña “fábrica personal”, como las llama Marc Torras director general de la compañía, con la que podemos crear nuestros propios objetos, desde piezas de repuesto para nuestros electrodomésticos, juguetes para nuestros hijos o cualquier cosa que se nos pase por la imaginación.
La nueva generación de impresoras 3D personales han bajado a precios que rondan los 1.000 euros y permiten crear objetos de plástico ABS completamente funcionales, que después se pueden lijar, cortar, pulir o pintar. Estas impresoras 3D estarán en tiendas de barrio o en nuestro propio hogar para cubrir las necesidades del público general, pero serán también una pieza clave de los centros educativos. Tal es el futuro que se espera de estas impresoras que el propio presidente de EE.UU Barack Obama, en su cruzada por volver hacer de su país la cabeza mundial de la industria, ha declarado que espera que todas las escuelas de EE.UU tengan pronto una impresora de este tipo para que los alumnos puedan desarrollar su talento en la creación de objetos.
Muchas aplicaciones
Además de ser baratas y permitir crear piezas finales, la segunda clave de estas impresoras 3D es que, al contrario que los métodos de fabricación convencionales, que requieren fabricar muchos objetos en serie para ser rentables, permiten crear objetos uno a uno y totalmente personalizados para cada persona, de manera que encajen por completo con el usuario. Así, estas impresoras se utilizan de manera extensiva en deportes como la Fórmula 1 donde cada pieza de la cabina deber ajustarse por completo a la anatomía del piloto. Otras empresas del mundo del deporte como Nike, ya están empezando a usar estas impresoras para crear calzado completamente adaptado a la anatomía de los deportistas.
Dos impresoras 3D “tan fáciles como una impresora de tinta”
Por el momento, EntresD, ha iniciado la distribución en nuestro mercado de dos impresoras 3D que destacan por su limpieza y su facilidad de uso. El director de la compañía, Marc Torras, está convencido de que cualquiera puede usar este tipo de “fábricas personales”: “Si puedes usar una impresora de tinta, puedes usar una 3D”, ha declarado. La primera de estas impresoras, UP! Mini, tiene un precio de 720 euros más IVA y puede crear objetos de hasta 12 x 12 x 12 centímetros. El segundo modelo, UP! Plus, funciona con cualquier sistema operativo (Windows o Mac) y puede producir piezas algo mayores, de hasta 14 x 14 x14 cm. Su precio en nuestro mercado es de 1.195 euros más IVA. La empresa, además de el asesoramiento y servicio técnico de las impresoras, ofrece a los clientes todo tipo de consumibles, como las bobinas de plástico ABS, así como accesorios como plataformas, boquillas y otros elementos empleados en la creció de piezas 3D.
En el futuro, también con metales
Una de las barreras de las impresoras 3D que se empiezan a popularizar ahora se encuentra en laslimitaciones de los materiales utilizados, ya que se restringen a plásticos de mayor o menor resistencia. Sin embargo, tal y como ha explicado Marc Torras, en un futuro próximo vamos a ver también una popularización de las llamadas impresoras 3D láser, que pueden crear objetos en materiales metálicos y que ya se utilizan en la industria para crear piezas y prototipos en todo tipo de metales, desde oro o plata hasta titanio. Estas impresoras parten del material en polvo que un láser se ocupa de ir fundiendo para crear la pieza deseada. Según Marc Torras, cuando caduquen algunas patentes que existen para este tipo de impresoras 3D de metal y utilizando los láser de los Blu Ray, muy económicos y fáciles de adquirir, en unos tres o cuatro años podremos ver como las máquinas que esculpen metal pueden pasar de los 20.000 o 40.000 euros que cuestan ahora, a precios de unos 3.000 euros.
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