lunes, 2 de junio de 2014

Ahora todos pueden tener Android en su PC con Android-x86.

Ahora todos pueden tener Android en su PC con Android-x86.



Android-x86 es un proyecto cuyo objetivo es portar el sistema operativo de Google para móviles a la plataforma x86 (en particular máquinas animadas por procesadores Intel y AMD). En su etapa más temprana, Android-x86 buscaba crear una serie de parches para máquinas específicas, entre ellas algunos netbooks populares. Con el tiempo el desarrollo ha ido mucho más lejos, y las últimas versiones liberadas se parecen bastante a una distribución Linux al uso, capaz de correr en un amplio rango de máquinas.

Sobre Android-x86 os hablé hace un par de años con motivo del lanzamiento de la versión 4.0 RC1. Desde entonces estoy siguiendo la evolución del proyecto. Las primeras pruebas fueron siempre en máquinas virtuales, pero con el lanzamiento de la versión 4.3 decidí dar el salto a una instalación real. En este artículo os voy a contar mi experiencia con Android-x86 como sistema operativo de escritorio.
Android-x86, primera prueba con fuego real

La primera toma de contacto con la versión denominada formalmente: Test build 20130725 for Android-x86 4.3 (JB-x86), fue la misma que había empleado hasta entonces, instalando el sistema en una máquina VirtualBox.

Al leer las notas de lanzamiento y comprobar que disponía de un Kernel "moderno" (3.10.2) y soporte mejorado de aceleración de gráficos por hardware para chipsets Intel, me animé a crear una memoria USB de instalación y probar suerte en "Moquete", un Toshiba NB 520 por el que han pasado varias distribuciones GNU/Linux.

Moquete está trucado desde el primer día. Como no conseguí desprenderme legalmente de la licencia de Windows 7 Starter original (intenté que me descontaran el precio de la licencia antes de estrenar el equipo, sin éxito), y el disco duro de fábrica es de "gama lenta", aparqué sine die el disco con la licencia y monté un SSD de 128 GB, y amplié la memoria a 2 GB. Os cuento todo esto por estar directamente relacionado con la prueba y sus resultados.

Por Moquete han pasado varias distribuciones GNU/Linux, como Ubuntu 12.04 LTS, Debian 7 (con la que funciona extraordinariamente bien), Lubuntu y Elementary OS Luna, entre otras. Con todas el equipo trabaja con decencia y arranca y cierra el sistema con rapidez. ¿Cómo se comportaría con Android-x86?

La primera sorpresa vino al lanzar Android-x86 en modo Live: el sistema reconoció todo el hardware sin problemas: cámara integrada, touchpad, varias teclas de función, WiFi integrada, resolución correcta de la pantalla, ratón USB inalámbrico que suelo utilizar y la tarjeta SD que siempre va insertada.

Viendo la fluidez con la que movía el sistema, a pesar de que el puerto USB es 2.0, pensé que instalado en el disco SSD volaría... ¡Y así fue! En la segunda parte de este artículo se detallará la forma de instalar Android-x86, que se parece al procedimiento de cualquier distribución GNU/Linux, con algunos matices.

La instalación no fue tan sencilla. En algunas pantallas en las que se han de tomar decisiones mediante checkbox, los textos asociados no se ven, y el mapa del teclado no se corresponde con el del equipo. Haber probado primero el sistema sobre máquina virtual ayudó (en ese caso los textos sí son visibles) y tener cierta costumbre con los mapas de teclado anglosajones también, sobre todo para averiguar cómo se obtienen símbolos especiales, como la arroba (@), para consignar correctamente la cuenta de Google. En cuanto a la letra "ñ", desaparecida en combate.

Problema arriba, problema abajo, al final conseguí tener Android-x86 instalado en el equipo de forma totalmente funcional. Como había imaginado, el rendimiento era excepcional, y mucho más rápido que cualquier distribución "normal" que había pasado por la máquina.

La pantalla de Moquete no es táctil, aunque la rueda del ratón sirve para pasar pantallas a derecha e izquierda con velocidad. Instalé varias aplicaciones desde Google Play (con especial cuidado de no cargar ninguna "solo para teléfonos", porque cambia la orientación de la pantalla y no resulta agradable --ni fácil deshacer el cambio--), probé la navegación y el correo, Twitter y varias cosas más. No contento con ello, le puse un launcher circular muy estético (perdonad, ahora no recuerdo su nombre), tiré algunas secuencias con la cámara integrada, y varias capturas de pantalla...

Todo genial, salvo por dos inconvenientes importantes: por una lado, la primera vez que se necesita desbloquear la pantalla en el arranque, si se hace con el ratón el equipo se cuelga (y con el touchpad también si no se hila fino). Por otro, si el equipo entra en modo de suspensión, ya no se despierta (esto se puede corregir en parte aumentando el tiempo en la configuración de ahorro de energía). De no haber sido por estos dos detalles, Android-x86 se hubiera quedado en Moquete una buena temporada, al fin y al cabo ha sido el Linux más rápido que ha pasado por sus adentros.

Moquete, con la configuración descrita, se asemeja a un tablet de gama alta, obviando las diferencias, y el rendimiento es muy superior al que obtengo en la Samsung Galaxy animada por ICS (aunque no se ve tan bien, por tener menor resolución la pantalla).

Tras esa primera experiencia me animé a hacer lo mismo en un portátil más grande y potente con el doble de memoria RAM, aunque sólo en modo Live. Aquí descubrí que Android-x86 no se lleva bien con las controladoras NVIDIA. Este detalle lo he podido contrastar en otras pruebas sobre PC de escritorio.

Teniendo la pantalla de 15 pulgadas más resolución que la del pequeño netbook, los resultados a nivel de resolución fueron pobres. En este caso no se reprodujo el problema con la pantalla de bloqueo, aunque la función de captura de pantalla no funcionó (este problema se ha repetido con versiones más avanzadas de Android-x86).

La conclusión obtenida tras los dos intentos fue la misma: Android-x86 funciona muy bien cuando reconoce el hardware, y es más ligero que cualquier otra distribución GNU/Linux. Insisto en este punto porque he contrastado el rendimiento con distribuciones tan ligeras como GALPon MiniNo, y Android-x86 sale vencedor.

No obstante, y al menos con aquella versión, los inconvenientes superaban a las ventajas en una instalación fija, por lo que finalmente una distribución "normal" sustituyó a Android-x86, al que siempre se puede volver para jugar con él mediante arranque en vivo desde USB.
Android-x86 4.4-RC1 (KitKat-x86) en un PC "de verdad"

Android-x86 había dejado un buen sabor de boca, y la percepción de que el proyecto era prometedor, aunque en ese momento no servía más que para hacerse una idea de cómo es Android si no se dispone de una tableta o teléfono (o ver el aspecto de las últimas versiones de Android, si el fabricante de nuestros dispositivos se olvida de que existimos, y no actualiza el sistema). Poco más.

El lanzamiento en febrero de la versión Android-x86 4.4-RC1 (KitKat-x86) despertó nuevamente el demonio de la curiosidad, tanto por ver cómo era el Android con chocolate, como por comprobar los avances.

Empleando sólo el medio vivo, Moquete y el portátil con pantalla de 15 pulgadas fueron de nuevo el banco de pruebas. Respecto de la versión anterior, sólo se había corregido el molesto cuelgue que se producía en el desbloqueo de la pantalla de inicio y algunos de los textos invisibles ya eran visibles. Los demás problemas persistían.

Fue entonces cuando se me ocurrió probar Android-x86 en varios PC, primero con la versión anterior y luego con la nueva RC. Cuatro han sido los equipos empleados para el test. ¿Por qué no lo hice antes? Hay varias razones.

La primera, porque --al menos en un principio-- Android-x86 miraba más a los portátiles que a otra cosa, y era el campo lógico para probar. En segundo lugar por las características de la instalación con la que trabajo: los equipos tienen doble monitor y se controlan mediante KVM para la parte VGA/Teclado/Ratón, y un switch para la pantalla HDMI. Si en Linux ya resulta difícil afinar en este entorno, con Android-x86 ni se me pasó por la cabeza.

Pero la curiosidad mató al gato...

Primero con el medio vivo, ratifiqué mis sospechas de que Android-x86 y NVIDIA no se quieren mucho. En el equipo destinado a edición de vídeo (procesador i7 y NVIDIA), ni arrancó. Por probar que no quedara, así que lo intenté en el servidor, donde tampoco llegó a arrancar (aquí dudo sobre la compatibilidad del procesador --intel Xeon de 64 bits "puro"-- y la controladora gráfica Matrox MGA, o las dos cosas).

En el siguiente de la lista, la estación de trabajo todo trote equipada con un procesador Intel i3 y NVIDIA GTX 550 Ti, sí funcionó, aunque sólo por el monitor VGA y con una resolución algo casposa. En cuanto a lo demás, al no tener aquí touchpad el problema de bloqueo referido no estaba presente. Reconoció la tarjeta ethernet sin problema (tarjeta que en Debian requiere la instalación de un driver propietario), y el KVM no fue un obstáculo. En cuanto a velocidad de ejecución, imaginad con ese procesador...

En el cuarto equipo llegó la gran sorpresa. Este cacharro es un clónico montado con piezas de aquí y de allá, con un procesador Quad-Core de los últimos (índice 7.0 según el test de Windows 7), 8 GB de RAM y una tarjeta gráfica ATI (una de las soportadas "bien": HD6670). La experiencia con Android-X86 aquí entra en otra dimensión.

El uso al que está destinado el clónico no permite prescindir de él para que se quede sólo con Android-x86, pero el funcionamiento me ha gustado tanto que al final he realizado una instalación fija en un viejo disco duro de 3,4 GB (del siglo pasado).

En este caso Android-x86 no presenta casi ningún inconveniente. La pantalla visible por defecto es la HDMI, con resolución de 1920x1080 píxel. Si fuerzo con el KVM y el switch que sólo salga por la pantalla VGA, también lo hace: funciona con las dos, pero no de forma simultánea. El cambio de pantalla con la rueda central del ratón es fulminante. No reconoce toda la RAM porque Android-x86 es de 32bit, pero con los 3,3 GB (más o menos) anda como un cohete. Eso sí, sigo sin "ñ" y con el mapa de teclado en swajili.

Esta instalación fija se ha realizado sobre la versión Android-x86 4.4-RC1, que para mi sorpresa conecta a la perfección con los recursos en la red compartidos mediante SAMBA. La última versión, Android-x86 4.4-RC2 (KitKat-x86), se publicó hace pocos días y la he probado con un método más polivalente: una instalación fija, que es a la vez móvil (esto ya os lo contaré).

Esta versión RC2 trae mejoras notables. No sólo actualiza el Kernel a la versión 3.10.40 (la anterior 3.10.30), sino que incorpora algo más importante: monta de forma automática particiones NTFS, EXFAT y EXT4. En el caso particular del último sistema de ficheros, es la primera vez que le brinda soporte (con los anteriores creo que también, aunque no estoy seguro ahora mismo).

En la segunda parte del artículo veremos cómo se instala Android-x86, pantalla por pantalla, con todas sus peculiaridades y problemas --que los tiene--, así como las capacidades a nivel de software que trae el sistema y cómo se pueden ampliar de acuerdo con las aplicaciones que he tenido ocasión de instalar y probar (no todas valen).

Confío en haber sido capaz de despertar vuestra curiosidad por este proyecto, y en el caso de que tengáis en casa algún equipo condenado al punto limpio lo indultéis --al menos de forma parcial-- hasta que hayáis probado en él Android-x86. Tal vez aún sirva para algo.

Probar primero e instalar después
Antes de zambullirse en la piscina de una instalación sobre disco físico, es mejor probar el sistema operativo en la máquina destino, así tendremos la certeza de qué va a funcionar o qué no, y decidir así si merece la pena tener Android-x86 como huésped permanente.

Para probar Android-x86 necesitamos crear un medio de arranque. Si la máquina destino dispone de lector óptico, podemos crear un CD con el software que nos resulte más cómodo. Como los netbook no suelen disponer de este artilugio, tal vez la única opción sea crear el medio de arranque en una memoria USB.

Existen muchos programas para crear una memoria USB de arranque en los distintos sistemas operativos . En mi caso, he creado los distintos medios de instalación con la utilidad que proporciona Linux Mint, pero si no tenéis esta posibilidad, en la página del proyecto sugieren el uso de LiLi para Windows (que oficialmente soporta Android-x86), o bien Unetbootin, que es multiplataforma.

Una vez creado el medio de arranque, hemos de indicar a nuestra máquina que se inicie desde ahí. Para esto no hay una receta universal y depende de las características de cada equipo. En muchos netbook y portátiles, la tecla de función [F2] sirve para acceder al menú de configuración de la BIOS, y la tecla [F12] para disparar un menú de arranque. En los PC la tecla [Supr] suele servir para iniciar la configuración de la BIOS, en otros [F11] dispara el menú de arranque... Tenéis que investigar en la documentación de vuestra máquina.

Si conseguís con éxito iniciar el equipo de pruebas con el medio de instalación (CD/USB), la primera pantalla que vais a ver contiene varias opciones. La que nos interesa en este momento es la primera: Live CD - Run Android-x86 without installation .
Nota.- Si el medio USB de instalación se ha creado con Unetbootin, el aspecto es distinto al de la imagen que se muestra en la portada, aunque el contenido es muy similar. Lo mas importante es que dispone de la misma opción.

Sea cual sea la fórmula elegida, una vez seleccionada la referida opción, el sistema inicia la carga de la imagen en vivo de Android-x86 (si todo ha ido bien, veremos la palabra "Android" con la fuente que la caracteriza, con una pequeña animación).

Llegamos a la primera pantalla de bienvenida, donde seleccionaremos el idioma. La opción por defecto es English (United States), y bien con el ratón o touchpad, o con las flechas del teclado, podemos seleccionar el que nos apetezca dentro de las opciones disponibles, siendo el Español (España) uno de los presentes. Una vez seleccionado, pulsamos el gran control triangular situado a la derecha (podemos emplear la tecla [Tab] para movernos con rapidez y pulsar [Enter/Intro].

En la siguiente pantalla veremos la leyenda "Un segundo...". Un tanto optimista el "segundo", porque el proceso suele dilatarse algo más...

Tras el "segundo", aterrizamos en la pantalla, "Selecciona una red Wi-Fi". Al haber empleado VirtualBox para poder realizar las capturas, la lista está vacía, aunque lo normal es que veamos todas las que reconoce el equipo.

Aquí pueden pasar tres cosas: nuestra red aparece, nuestra red no emite el SSID porque está oculta, o estamos conectados a Internet a través de red cableada. Como se trata de comprobar la compatibilidad con la máquina destino, mi consejo es que saltéis la configuración de la red.

Este consejo puede parecer contradictorio, pero tiene su razón de ser. Nuestro equipo puede disponer de los dos tipos de conexión (con cable y sin él), y podemos decidir después probar una u otra. Al no estar conectados ahorramos contestar a alguna pregunta de Google, cuestión que abordaremos si deseamos una instalación fija . Ahora sólo estamos probando la compatibilidad del sistema.
Nota.- Si tenemos el equipo conectado mediante red cableada y la reconoce, la conexión se habilita de todos modos y lo dicho hasta aquí vale de poco.

Tras pulsar el control "Saltar" si así lo deseamos (ratón/touchpad/tecla [Tab]), si no hemos seleccionado red, veremos una advertencia como la ilustrada por la imagen. Si optamos por "No omitir" volveremos a la pantalla anterior, y si pulsamos "Omitir de todas formas", avanzamos un paso (en el proceso que he seguido para las capturas, he seleccionado esta última opción).

Empiezan las preguntas... ¿Tienes cuenta en Google? Como se trata de probar compatibilidad, resulta más práctico decir que no. Esta decisión nos lleva a otra pantalla donde se nos sugiere que integremos Google en el dispositivo, con las opciones: "Crear una cuenta" o "Ahora no". Pulsamos sobre la última (nos ahorramos así también buscar en nuestro teclado cómo obtener el símbolo "@").

"Ubicación y Google" es la siguiente pantalla. Para nuestra prueba de compatibilidad quitamos las opciones que vienen marcadas por defecto y seguimos. Llegamos así a la configuración de fecha y hora, donde seleccionaremos la zona horaria que nos corresponda.

"Este tablet pertenece a..." En esta pantalla consignamos un nombre y apellido/s (o test/test para abreviar). Servicios de Google, aquí no hay elección: o se aceptan o no se puede utilizar Android (continuar supone la aceptación explícita).

Si todo ha ido bien hasta aquí, aterrizaremos en la pantalla que permite personalizar la pantalla de inicio. Pulsamos "aceptar" y continuamos. Ya estamos en la siguiente pantalla, "Organiza tu espacio", donde aceptamos sin más. Ya tenemos Android-x86 funcionando, con una pantalla de inicio completamente "pelada".

Esto es así por la forma en la que hemos tomado algunas decisiones. Si desde el principio asignamos conexión de red, consignamos nuestra cuenta en Google y aceptamos algunos los checkbox, la cosa cambia. Esto es lo que obtenemos haciendo las cosas "bien":

Comprobaciones a realizar
¿Cómo se ve nuestra pantalla? Si el aspecto es de baja resolución, mal vamos... Hemos planteado la prueba desde un punto de vista práctico, así que pulsamos sobre el único control disponible (seis puntos encerrados en un círculo) , y aterrizamos en la pantalla que contiene "todo lo que hay".

En la zona superior izquierda tenemos "Ajustes" (icono con imagen de rueda dentada). Pinchamos en él y nos deslizamos hasta el final de la lista: "Información del tablet". Volvemos a pinchar y tendremos ante nuestros ojos dicha información.

Por la experiencia vivida en varias instalaciones, lo que interesa es la información contenida en la sección "OpenGL driver versión". Aquí podemos comprobar si ha detectado la controladora gráfica de forma adecuada.

A mi entender es condición necesaria, que no suficiente, para decidir si instalamos o no Android-x86. Si la información que refleja es distinta de "Unknown", vamos bien. Si identifica el modelo exacto de nuestra controladora gráfica, para nota...

Lo siguiente en un orden lógico, si no lo hemos hecho ya, es comprobar la conexión a Internet. Una vez más, basándome en la propia experiencia, los chips de las tarjetas de red con cable no suelen presentar problemas. En el caso de los chips wireless no debería, pero no se garantiza que funcione en todos.

Para conectar el equipo a una red Wi-Fi volvemos a la pantalla "Ajustes", donde encontraremos en primer lugar la sección "Conexiones inalámbricas y redes". Si vemos activado por defecto el control de Wi-Fi en "Sí", es que Android-x86 es compatible a estos efectos con nuestro sistema.

Pulsando sobre "Wi-Fi" veremos todas las redes inalámbricas que están al alcance del equipo, seleccionando la nuestra. Si tenemos la configuración del router de forma que la red permanece oculta, pinchando en el signo "más" (+), situado en de la zona superior derecha de la pantalla, podemos añadir otra red.

Se mostrará entonces un cuadro de diálogo para consignar el SSID de la red, el tipo de seguridad y la contraseña (se puede habilitar mediante checkbox la visualización de ésta, muy útil cuando es complicada o larga con signos "raros").

Pulsando sobre el checkbox denominado "Mostrar opciones avanzadas", podemos también configurar el acceso mediante proxy, y realizar ajustes de IP (DHCP o IP fija). Configurando de forma adecuada los distintos parámetros, deberíamos tener ya conexión a Internet.

Dentro de la misma sección, podemos configurar la conexión mediante Bluetooth, en el caso de que nuestro equipo disponga de ese tipo de conexión.

Como comprobación secundaria podemos ver si funciona la cámara web, la búsqueda por voz, y el sonido. La prueba del algodón es conectarse a YouTube invocando mediante la voz su nombre (a YouTube se puede hacer desde Android-x86 sin haber consignado cuenta de Google), marcar el primer vídeo que veamos y comprobar cómo se reproduce y si se escucha bien.


Descarga Android-x86 4.4-RC2 (KitKat-x86),
http://sourceforge.net/projects/android-x86/files/Release%204.4/android-x86-4.4-RC2.iso/download
 
 

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