lunes, 13 de octubre de 2014

¿La nueva versión de Windows supone una mejora para los usuarios?.

¿La nueva versión de Windows supone una mejora para los usuarios?.



Hasta los momentos, igual que paso con Windows 7 en su momento que tenia a Windows XP como su mayor enemigo, Windows 8 todavía no termina de calar en el mercado y tiene a Windows 7 como su mayor competidor y es que los usuarios domésticos al igual que la empresas, no ven una razón de peso de porque migrar de Windows 7 a Windows 8 y mucho menos a Windows 10. Como casi siempre pasa, la mayoría de las personas que tienen instalado Windows 8 es por que ya vino preinstalo en sus equipos, el porcentaje de migración no fue alto y Microsoft se ha dado cuenta y por eso, ha comenzado a implementar maniobras a fin de pasar la pagina con Windows 8 y enfocarse en Windows 10.

Windows 8 no termina de posicionarse en el mercado.
Windows 8 empieza a dar muestras de ser un sistema operativo moribundo, después de la salida de la versión 8.1 y el posterior “Update 1”, la plataforma de Microsoft no ha sabido hacerse un hueco en el público a pesar de que casi lleva dos años en el mercado, y el reciente anuncio de Windows 10 es una señal más que evidente de que no tendrá mucha solución de continuidad. Según los datos de StatCounter, este sistema operativo alcanzó en el mes de septiembre una cuota de mercado del 15,7%. Este porcentaje es bastante pobre si tenemos en cuenta que el Windows XP, una plataforma con más de doce años de vida, apenas esta un punto por debajo. Si nos fijamos en los números de otro sitio de medición como NetMarketShare, los números de Windows 8 son todavía peores. Te contamos todos los detalles.

Según los datos recogidos por StatCounter a través de la navegación en más de dos millones de páginas, Windows 8 terminó el mes de septiembre con una cuota de mercado del 15.7%. Este porcentaje incluye el 8,93% de dispositivos con la actualización Windows 8.1 y un 6,84% que todavía utilizan la versión primera de Windows 8. Esta cuota está ligeramente por encima de los 15,5% que marcaba este plataforma durante agosto, pero también simboliza el estancamiento de este sistema en el mercado. Y es que otro sistema como Windows XP, con más de doce años en el mercado y que ya ha dejado de recibir soporte técnico (el pasado abril), se sitúa muy cerca de Windows 8. En concreto, su porcentaje se encuentra en el 14,3%. Por la parte de arriba, Windows 7 sigue mostrando una gran solidez como la primera opción de los usuarios para su PC. El sistema apenas ha variado su cuota desde que Windows 8 llegó a la palestra y está presente en el 54,7% de los ordenadores.

Fuera del mundo PC hay que remarcar que Mac OS X sigue una constante escalada en el mercado, aunque todavía con una posición secundaria en el mercado. Durante el mes de septiembre marcó un 9,1% del mercado prácticamente medio punto por encima de los datos de agosto.



Si ahora nos fijamos en los datos de NetMarketShare, la situación para Windows 8 es todavía peor. En este caso, la herramienta de medición utiliza una muestra estable de varios cientos de millones de usuarios. Según este sistema, Windows 8 terminó septiembre con una cuota acumulada de 12,2%. Este porcentaje es la suma de la cuota de Windows 8.1 (6,67%) y Windows 8 (5,59%). Lo peor de estos datos es que encima se trata de una cuota notablemente inferior a la del mes de agosto, cuando el último Windows marcó 13,3%. Además, la cifra actual es prácticamente la mitad de la cuota que marca Windows XP. Según NetMarketShare, el sistema decano todavía se puede encontrar en casi uno de cada cuatro ordenadores del mundo (un 23,8%).

Por encima de estos sistemas se encuentra Windows 7, líder destacado del mercado con una cuota del 52,7%. Se trata de una cifra muy similar a la que marca StatCounter. En cuanto al sistema operativo de los Mac, se queda con un 4% del mercado. Habrá que ver como se consigue mantener Windows 8 en los próximos meses ante la cercanía de una nueva plataforma, aunque Microsoft ya ha deslizado que los usuarios con Windows 8 podrán actualizarse gratis a Windows 10.

¿Para que cambiarme a Windows 10?

Por mi trabajo he podido conocer todas las versiones de Windows. Sí, todas, desde la primera en 1986. Al principio realmente no servía para nada, hasta que poco a poco fue ganando popularidad y digamos que a partir de Windows 95 todo comenzó a cambiar. El sistema operativo por fin tenía una utilidad, los “mouse” estaban cada vez más disponibles y después de varios años de su lanzamiento original por fin se podía usar para asuntos de “trabajo” y productividad, el hardware también era más potente y no había que esperar tanto para poder completar tareas sencillas o complejas.

Después vino Windows 98 y Windows XP. Este último conocido genéricamente como “el mejor Windows de la historia” tal vez por vox pópuli, no necesariamente con ninguna base científica ni de sistemas. Su popularidad fue tan grande y sigue funcionando tan bien en muchos ambientes, que nadie quiere tocarlo ni mucho menos “mejorarlo” a alguna versión más reciente.

En enero de 2007 finalmente es lanzado Windows Vista, con el que al parecer a mucha gente no le fue muy bien -a mi casi nunca me falló- y comenzó la campaña negativa de “boca en boca” más grande que recuerde donde la empresa nunca salió bien librada. Decenas de artículos, comentarios, videos y “dramas de la vida real” donde la gente hablaba pestes de la versión “Vista” e incluso se hicieron muchas bromas al respecto.

Hasta Octubre de 2009 aparece Windows 7 que funciona mucho mejor que el anterior y recibe excelentes comentarios de parte de la “prensa especializada” y en general de los usuarios. Esta versión funciona bien, no “se traba” tanto y poco a poco se va olvidando el asunto de los problemas con Vista.

En octubre de 2012 sale a la venta lo que sin duda para muchos es el principio del fin de la hegemonía de Microsoft en sistemas operativos: Windows 8. Nunca bien comprendido, queriendo abarcar diferentes dispositivos, en especial tabletas, con esa nueva “interface” que antes se llamaba Metro y con muchos dolores de cabeza para los usuarios acostumbrados a otra forma de trabajar, el recibimiento de la versión 8 no es tan positivo. Los nuevos usuarios que nunca habían tocado Windows no les importa, pero los anteriores con años y años acostumbrados a trabajar de una forma, de repente lo que quieren aprender es como “quitar los cuadritos” y regresar al conocido “escritorio”.

Es tal la presión que en la versión 8.1 se puede decidir si se quiere la entrada “clásica” al escritorio o la nueva interface colorida y con más información. En medio de todo este asunto, ya esta disponible la versión 10 “de prueba”. Se saltan el número 9, hay muchas teorías sobre este cambio en la nomenclatura, pero realmente no es tan importante y simplemente se van al 10.

Bien dicen que hay que hacerle caso a los clientes y Windows 10 regresa el conocido menú de inicio, pero como Microsoft no puede simplemente decir “ah, claro, ahí está su menú, nos equivocamos” ahora incorpora lo que antes se presentaba como la interface Metro dentro de ese mismo menú de inicio. Ahora resulta complejo entender las diferencias de las aplicaciones tradicionales y las de “pantalla completa”. También se complica el asunto de los escritorios virtuales que han existido durante años en otras plataformas, pero que realmente dudo que sean de gran utilidad para el usuario promedio.

¿Qué ha pasado con toda esta historia de Windows en los últimos años?
Hay dos respuestas. La primera es que Microsoft no ha podido o no ha sabido como adaptarse a los nuevos dispositivos y la segunda es que, precisamente, cada vez se usa menos la PC, cada vez importa menos Windows por sí solo. Lo que las nuevas generaciones usan son teléfonos inteligentes y tabletas. Claro, cuando hay que hacer un trabajo, una presentación o una hoja de cálculo, usan las aplicaciones correspondientes, vía Web o el conocido y supremo Office de la misma Microsoft.

Los usuarios no piensan en Windows
No saben ni les interesa qué es Windows, qué versión tienen, que parche está aplicado, si es Professional, Home Edition, si es “Starter” si es original, si es pirata, si tiene soporte para 32 o 64 bits. Nada de eso importa, porque la forma de usar “la computadora” ha cambiado mucho, en mis tiempos (MSDOS), uno tenia que ingeniárselas en ocasiones para administrar los pobres 640 KB de memoria en la mayoría de las ocasiones o el mega usando el archivo “config,sys y autoexec.bat” para cargar los archivos “himem.sys y emm386.exe” para usar la porción de memoria que no se manejaba por defecto y así aprovechar al máximo los pocos recursos de los que se disponía en ese entonces, ahora Windows lo hace solo pero no siempre lo hace de la mejor manera y ahora casi nadie se toma la molestia de aprender a mejorar el rendimiento de su equipo, prácticamente es como si la gran mayoría de las personas no supieran cambiar un caucho de repuesto ya que no es lo mismo no querer a no saber.

¿Estará Microsoft listo para los siguientes años frente a las computadoras de los consumidores individuales o le está llegando la hora a Linux?
No lo sé, lo único que sigo repitiendo es que la joya de la corona de esa empresa es Office, no es Windows. Esperemos a conocer las reacciones conWindows 10 y cómo es recibido por la gente que todavía le importa mucho esto del “sistema operativo” y si en verdad la nueva versión supone un cambio positivo para los usuarios porque así cuando se dice que Apple sigue copiando a Linux y no pasa nada, no digo literalmente que Apple no pierda detalle con todo lo que se cuece en GNU/Linux para adaptarlo a sus intereses y presentarlo a su audiencia como “lo más de lo más”. La intención es señalar que eso que la compañía de la manzana vende a sus seguidores como una revolución ya existía y ha sido tomado, retocado y anunciado a bombo y platillo porque sí.

¿Windows 10 tendrá influencia de Linux?
Desde que Microsoft comenzó a mostrar a cuenta gota los detalles de Windows 10, han aparecido artículos aquí y allá resaltando que las novedades más destacadas de la nueva versión tienen su origen a este lado del parque tecnológico. Artículos que ante las noticias de las últimas semanas se han ido intensificando, como cabría esperar. En las fechas más recientes una cutre infografía se ha hecho viral en redes sociales, intentando plasmar lo que ha generado tantos ríos de tinta y es las semejanzas entre Linux y Windows 10.



La imagen que ves sobre estas líneas muestra cómo alguna de las novedades más llamativas de Windows 10 son historia antigua en GNU/Linux:

Es el caso de los escritorio virtuales, que KDE introdujo en su primera versión en 1998 y a decir verdad ya había gestores de ventanas para Unix que contaban con tal función. Ahora hasta el entorno más austero de Linux soporta múltiples escritorios.

En cuanto a lo que llaman ‘Task View’, se trata de otro refrito del Exposé que Mac OS X estrenó en 2003 y que tres años más tarde trajeron a Linux proyecto como Compiz, Beryl y todo lo que le siguió. Actualmente es una característica básica integrada por defecto en KDE, Unity, GNOME y Cinnamon.

La búsqueda de elementos en línea directamente desde el menú de inicio tampoco es una idea original de Unity, aunque hay que reconocer que bajo esa premisa la funcionalidad del tablero de Ubuntu le da mil vueltas a lo que propone Windows 10. Si nos quedamos con las capacidades de este último, que lo único que hace es mostrar una lista de resultados que se abren en el navegador web, KRunner es el referente.
Y terminando con la convergencia… la ansiada convergencia con la que Canonical sueña desde hace años, en la que un solo código sea el sistema operativo de toda clase de dispositivos de usuario final y que otros van a conseguir antes porque tienen más dinero… No es necesario añadir nada más.

Por lo que he visto Windows 10 no pinta mal, será una buena versión del sistema si la tendencia iniciada con Windows 7 no se rompe, y ciertamente poco importa si han copiado alguna característica de Linux por eso de que todos copian a todos, pero si reducimos la conversación a las funciones que el escritorio Linux ofrece al usuario avanzado, ni Windows ni OS X pueden equipararse al pingüino.

La ventaja que sigo viendo en Windows sobre Linux, específicamente Ubuntu, es que mucho de mi hardware que corre perfectamente en Windows, en Ubuntu no me funciona y uno que otro, podría ponerlo a funcionar pero a la fuerza y como se imaginaran, si la mayoría de los usuarios de Windows después de tanto tiempo no lo conocen bien, imagínense con Linux, seria bueno romper ese paradigma y usar Linux en las escuelas para despertar la mente de las personas y mostrarles una buena alternativa ya que de seguro la gran mayoría tiene Windows en sus casas porque como dicen en mi país, “ESO ES LO QUE HAY”.


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